Preparo un caldo de verduras y lo mantengo a fuego bajo. El caldo tiene que estar bien caliente al momento de incorporarlo.
Pelar la calbaza y cortarla en cubitos lo más pequeños posible.
Picar la cebolla
Calentar la manteca en una sartén gruesa (y de paredes altas como para contener el líquido)
Rehogar la cebolla sin que se queme. Cuando la cebolla esté transparente agrego el arroz y lo cubro con la manteca (que no se queme).
Incorporo dos o tres cucharones de caldo hasta cubrir bien los granos de arroz.
Agrego la calabaza.
Cuando el caldo empieza a burbujear y el líquido a consumirse, agrego más caldo siempre desde los bordes de la sartén.
Repito, revolviendo de forma envolvente las veces que sea nacesario, hasta que los granos esten blandos (tienen que estar blandos por fuera y algo duros en el centro) y la consistencia del líquido se haya transformado en una crema.
Agrego los hongos, revuelvo lentamente.
Apago el fuego y agrego el queso cremoso, el parmesano y un cubito de manteca para darle brillo. Revuelvo en forma envolvente y sirvo en el momento.