El alcaucil pertenece a la familia de los cardos, es una planta rústica originaria del noroeste de África, que gracias a su cultivo y reproducción se volvió comestible. De África se expandió al Mediterráneo y fueron los inmigrantes españoles, italianos y franceses quienes la introdujeron en América.
4 alcauciles
1 morrón rojo
1 morrón amarillo
2 cebollas blancas
2 cebollas moradas
aceite de oliva
jugo de limón
sal y pimienta, a gusto
Limpiar los alcauciles. Cocinar los corazones de alcauciles en una cacerola con abundante agua hirviendo y sal hasta que estén tiernos. Para comprobar el punto, retirar una hoja y probar la terneza de la carne del alcaucil. Enfriarlos fuera del agua de cocción.
Cortar los morrones y cebollas en juliana. Saltear los vegetales en una sartén caliente rociada con aceite de oliva. Sobre el final del salteado incorporar los alcauciles cocidos para integrar los sabores. Salpimentar.
Dejar enfriar los vegetales. Rociarlos con jugo de limón y aceite de oliva antes de servir.
Para limpiar los alcauciles es importante trabajar con jugo de limón así evitamos que se oxiden. Lavarlos en abundante agua con limón. Retirar las primeras hojas exteriores, habitualmente más secas y resquebrajadas, y con menos pulpa que aportar que las demás. Con un cuchillo afilado pasado previamente por el agua con limón, cortar las puntas de la flor del alcaucil y luego con una cuchara limpiar y retirar las espinas del corazón.