• 850 g de cabrito troceado
• 1 hígado de cabrito
• 2 cebollas, 4 ajos
• 1 pimiento morrón asado
• 1 rebanada de pan
• 1 ramita de perejil,
1 hoja de laurel, tomillo
• Pimentón, harina
• 400 ml de vino blanco
• 400 ml de caldo
• Aceite, vinagre, sal,
pimienta
Ojo no se queme El pimentón se tuesta enseguida. Retira la cazuela del fuego antes de echarlo, añádelo y revuelve con una cuchara de madera.
Pela los ajos y las cebollas y pica estas últimas. Lava, seca y pica el perejil. Fríe los ajos y la rebanada de pan en una cazuela con 6 cdas. de aceite. Cuando se doren, retíralos y reserva.
Lava los trozos de cabrito y el hígado, sécalos y salpimiéntalos. Añádelos a la cazuela con 1 ramita de tomillo lavada y dóralos. Retira la carne y el hígado. Agrega la cebolla picada y rehógala 10 min.
Vuelve a incorporar el cabrito y espolvoréalo con 1 cdta. de pimentón y otra de harina y sofríe unos instantes, removiendo. Riega con el vino y deja que se evapore. Añade el laurel lavado y el caldo y
cuece a fuego lento 1 h.
Trocea el hígado y májalo en el mortero con el pan y los ajos fritos, hasta obtener una pasta. Añade el pimiento picado y 1 cdta. de vinagre y mezcla. Vierte unas cucharadas del jugo de cocción de la
carne, remueve e incorpora esta mezcla al guiso. Cuece unos 10 min y sirve.