Preparación:
Pondremos al fuego unos 100 gr. de mantequilla en un cazo de más de dos litros de capacidad, para derretirla, donde añadiremos las rodajas de cebolla (medio kilo) hasta dorarlas.
Les añadiremos luego (optativo) una buena cucharada de harina, y, removiéndolo todo, se le vierte un vasito de vino blanco, poco más de un litro de agua, sal y pimienta negra en polvo. Tendremos preparadas unas rebanadas finísimas de pan tostado y una cuarta de gruyere rallado.
En cada cazuelita colocaremos unas tongadas de pan alternadas con capas de queso; les abocaremos el conjunto calentísimo del cazo y esparciremos por encima de cada cazuelita una capita fina de gruyere; meteremos las cazuelitas en el horno bastante fuerte, hasta que se gratinen bien (unos veinte minutos o poco más).