croquetas de jamón

¿Cómo puedes preparar unas croquetas con jamón?

Crujientes, cremosas, doradas, intensas en sabor… Las croquetas son uno de esos platos tan llenos de matices y texturas que rara es la persona que no disfruta con ellas. Propias de la cocina más tradicional y reivindicadas ahora por los chefs más reputados, las croquetas son el bocado perfecto.

Fáciles de preparar, de una gran versatilidad en cuanto a ingredientes y apropiadas para cualquier tipo de comida, cena, aperitivo o cóctel, las croquetas son uno de los más importantes iconos de la gastronomía nacional.

Especialmente dos tipos: la croqueta de pollo de cocido y la croqueta de jamón. Por su sencillez y su excelente sabor, en este artículo te enseñamos como preparar unas croquetas con jamón que dejen loco a todo el personal que sientes a tu mesa.

Partiendo del jamón serrano de calidad, un producto nacional también protagonista de muchísimas otras recetas (mira cómo hacer guisantes con jamón y disfruta de este otro sencillo y exquisito plato), elaborarás unas croquetas dignas de libro de recetas de chef de fama televisiva. ¿Comenzamos?

Ingredientes para las croquetas con jamón

Necesitaremos una buena materia prima. Por eso, lo principal es contar con un jamón serrano de calidad, cortado en tacos y que no esté demasiado seco. Unos 200 gramos de jamón darán para unas 20 croquetas de tamaño medio.

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Un litro de leche, 100 gramos de mantequilla, 80 de harina, sal y nuez moscada serán el resto de ingredientes del interior de la croqueta.

Para el rebozado clásico, un poco más de harina, pan rallado y huevos. Y, por supuesto, aceite de primera calidad para freír. Este último punto será esencial: te recomendamos apostar por un aceite de oliva virgen extra y, si quieres sacar el máximo partido a tus croquetas, que esté limpio y no acumule muchos usos.

Proceso de preparación de las croquetas con jamón

Sencillo, el proceso de preparación de las croquetas puede llevarte un par de horas si contamos con los tiempos de espera.

Lo primero que harás será preparar una bechamel. Para ello, usa un cazo alto y unas varillas de batir. Pon la mantequilla y deja que se derrita totalmente, sin llegar a quemarse. Acto seguido, añade los 80 gramos de harina y mezcla todo bien. Es importante mantener el fuego a una temperatura media o baja para evitar que se tueste demasiado.

A partir de ahí, hay que ir añadiendo leche poco a poco y sin dejar de batir hasta obtener la textura adecuada. Llegados al punto exacto, se ajusta de sal y nuez moscada al gusto y se mezcla con los tacos de jamón.

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Un apunte: hay que evitar que se formen grumos en la masa. Y la mejor forma para lograrlo es el uso de varillas. Además, si añades la leche templada, seguramente te resulte más sencillo obtener la textura adecuada.

El frío

Una vez realizada la mezcla, se puede dar forma a las croquetas y empanarlas. Pero la bechamel que has preparado con base en esta receta es muy ligera, por lo que te puede resultar difícil.

Un truco para solventar esta situación es poner la masa un rato en el refrigerador. Al enfriarse, quedará más consistente y, por tanto, será más sencillo darle forma sin que se desparrame la masa por todos lados.

Para volear croquetas

Para volear las croquetas utilizaremos tres platos: uno con harina, otro con huevo y un tercero con pan rallado.

El proceso es pasar las bolas formadas por cada uno de estos platos. La croqueta resultante será consistente, cremosa por dentro y crujiente por fuera. Una pura delicia.

La fritura

Conviene, después de dar forma a las croquetas, dejarlas de nuevo en la nevera para que vuelva a tomar frío y estructura. Para freír, preparar el aceite a ciento ochenta grados e ir poniendo las croquetas en grupos pequeños. En cuanto estas tengan el color dorado y apetecible propio de este bocado tan nacional, sacar, poner en un papel absorbente para que empape todo el aceite y servir.

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Algunos trucos para mejorar tus croquetas

Hasta ahí la receta ‘clásica’ de croquetas de jamón. ¿Pero qué se puede hacer para mejorarla? Si quieres dar un toque de cocina profesional a tus croquetas, puedes seguir alguno de los siguientes consejos:

Panko

Es hora de probar otro tipo de rebozado y el Panko es la mejor opción para ‘primerizos’. El panko es un pan rallado de origen oriental que es mucho más crunchi y que hará que tus croquetas den un giro de guion a los bocados más tradicionales. Se usa igual que el pan rallado tradicional y los resultados son completamente diferentes.

Leche infusionada

Si quieres darle un toque extra de sabor, puedes infusionar la leche previamente con un hueso de jamón. Basta con calentarla a 45 o 50 grados durante unos 10 minutos con el hueso de jamón dentro. Esta leche tendrá un aporte de sabor extra que hará que tus croquetas sean un canto a la intensidad de sabor.

Con estos consejos, puedes probar nuevas opciones o simplemente preparar unas tradicionales croquetas de jamón que quiten el hipo.

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